Reflexiones; ¿quién soy yo?


El otro día en una llamada alguien me preguntó "¿quién eres?", y lo primero que le contesté fue mi nombre. Claro, luego pensé que si me llaman qué menos que sepan a quién llaman.... pero esto no es el tema de mi historia, esto es lo que motivó mi posterior reflexión.
Lo fundamental es que después me dio por pensar en la pregunta que me hicieron: "¿quién soy yo?", o más bien "¿quién soy yo ahora?"
A mí misma no me contesto con mi nombre, a la otra persona que preguntaba, con eso le bastó para reconocerme.... eso, reconocerme como ella tiene su concepto de mí.
Pero, recapacité y seguí pensando: ¿nos paramos a ver quiénes somos? ¿nos hacemos esta pregunta nosotros a nosotros mismos? 
Desde luego, la respuesta del nombre no nos sirve en este caso.
Empecé a responderme, a intentar describirme .... es difícil, os lo aseguro. Intentadlo. Haceros esta pregunta y reflexionar a ver qué tal os definís vosotros a vosotros mismos... si sois capaces, enhorabuena.
También me di cuenta que la respuesta no tenía que ser la misma que si me la hubiera hecho hace un año, o dentro de unos cuantos...
Definirnos y darnos un autoconcepto no resulta fácil. Además, los demás nos pueden ver de una forma diferente a como nosotros nos creemos que somos. Pero también hay una parte de nosotros que desconocemos, pero los demás sí que pueden ver.
Me puse a indagar en como profundizar en el autoconcepto, en la parte de nosotros que no conocemos y que los demás ven, y me encontré con una ventana: la de Johari.

La ventana de Johari

El nombre proviene de dos psicólogos, sus creadores, Joseph Luft y Harry Ingham.
Divide el conocimiento de una persona en cuatro áreas:
  • PARTE ABIERTA o PÚBLICA: Lo que tanto YO como los DEMÁS sabemos. Se caracteriza por la libre comunicación. Este área aumenta de tamaño cuanto mayor sea la confianza con el grupo, y mayor sea la información que se comparta, sobretodo en temas más privados. 
  • PARTE OCULTA o SECRETA: Lo que YO sé de mi mismo y los demás no conocen (por ejemplo miedos, opiniones o deseos nunca comentados). Pueden ser los aspectos que no revelamos por miedo a no ser entendidos o aceptados, por inseguridad y temor al rechazo. Es un área que irá disminuyendo si nos abrimos hacia los demás.
  • PARTE CIEGA: Lo que los DEMÁS saben de mí pero que YO ignoro. Es lo que saben pero no nos dicen.
  • PARTE DESCONOCIDA: Lo que ni YO ni los DEMÁS sabemos sobre mí. Puede ser, por ejemplo, cómo reaccionaría ante un a situación en la que nunca me he encontrado antes, potencialidades por descubrir, etc.
Cada una de estas áreas tendrá un tamaño mayor o menor según como interaccionemos con nuestro entorno y las experiencias que realicemos. Por ejemplo, si solemos establecer relaciones profundas, se aumenta la parte pública y se reduce la parte secreta. O si solemos plantearnos retos y nos ponemos a “prueba”, la parte desconocida es menor que si no nos atrevemos a hacer cosas nuevas.
Sin embargo, en la parte ciega no podemos actuar sin la colaboración de los demás. Normalmente no solemos preguntar a los demás cómo nos ven, qué piensan realmente de nosotros. Quizás lo podemos hacer con personas muy cercanas o de confianza. Si alguien es capaz de preguntárselo a su entorno (me refiero a gente de menos confianza), lo mismo se lleva sorpresas.

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