Ayuda a la automotivación de los estudiantes


Muchos profesores se preguntan: "¿Cómo podría hacer ver a mis alumnos que esto no es tan aburrido? ¿Cómo podría incentivarles el deseo de aprendizaje?". Es difícil, por no decir casi imposible, enseñar a un alumno desmotivado. Muchas veces es la falta de motivación del alumno (sin entrar en detalles de autoestima o autovaloración), otras, una mala metodología en la enseñanza (y ¿por qué no?, falta de motivación del profesor). En definitiva, cómo hacer que ellos mismos se motiven y despertar su interés para que disfruten con el aprendizaje.

Motivación =  Motivo  +   Acción 

Las perspectivas psicológicas distinguen en el análisis de la motivación entre motivación intrínseca y extrínseca, las cuales defino a continuación:
  • Motivación extrínseca: los motivos están determinados por las contingencias externas, es decir, implica hacer algo para obtener otra cosa (un medio para lograr un fin). Está influenciada por incentivos externos, como premios o castigos. Por ejemplo, estudiar para sacar una buena nota.
  • Motivación intrínseca: los motivos no están determinados por contingencias externas, sino que están ligados a la conducta en sí misma (un fin en sí mismo) y son inherentes de la persona. Por ejemplo, estudiar mucho una asignatura porque se disfruta aprendiendo el contenido de ésta, o poner en práctica un hobby. La automotivación se suele asociar con la motivación intrínseca.
Hay varios estudios que demuestran que a medida que los niños van avanzando de cursos, la motivación intrínseca disminuye, aumentando la extrínseca. En otras investigaciones, se llega a la conclusión que los alumnos motivados intrínsecamente muestran mayor rendimiento académico que los alumnos motivados externamente. Entonces, de estos estudios se podría deducir que un factor externo como son las notas, ¿hace aumentar su motivación extrínsica y decaer la intrínseca?

Hay cinco factores internos que generan la auto-motivación (Alonso Sampedro, 2014):
  1. La Auto-ESTIMA: valoración positiva que toda persona debe albergar de si misma y que la consolida para abordar nuevos retos con añadidas garantías de éxito.
  2. La Auto-CONFIANZA: consecuencia de la anterior, que incrementa la seguridad en si mismo y se ampara en los pequeños éxitos conseguidos. 
  3. La Auto-GESTIÓN, alcanzada cuando el individuo es capaz de actuar sin ninguna supervisión, ni necesario estímulo externo alguno. 
  4. La Auto-SUGESTIÓN o mecanismo de generación constante de emociones positivas que llevan al optimismo y la esperanza. 
  5. La Auto-REALIZACIÓN, basada en el progresivo cumplimiento de nuestros deseos y objetivos. 
En Educación, evidentemente, el factor de Auto-GESTIÓN se podrá obtener en el sentido de ir adquiriendo más autonomía del alumno. En este sentido, hay que crear oportunidades de que el alumno vaya tomando decisiones para que desarrolle una sensación de control.

¿Qué es lo que motiva a los alumnos? Realmente, es difícil tener la receta mágica y decir una serie de consejos o prácticas realmente eficientes y eficaces para todos.

Larry Ferlazzo, autor de varias publicaciones relacionadas con el aprendizaje basadas en su experiencia, en su libro “ Helping Students Motivate Themselves: Practical Answers to Classroom Challenges” da una serie de consejos para ayudar a los estudiantes a automotivarse, por ejemplo:
  • Alabar el esfuerzo y acciones específicas en lugar de su inteligencia o su persona en sí, hace que los estudiantes tengan más control de sus éxitos (por ejemplo, decirle "Has hecho un buen trabajo" en lugar de "Eres muy inteligente").
  • Construir relaciones positivas entre profesor-alumnos: reflexionar sobre cómo el profesor habla a sus alumnos, para encontrar una relación positiva y más significativa. Por ejemplo, evitar un lenguaje negativo para describir un comportamiento desafiante.
  • Utilizar el aprendizaje cooperativo en lugar de largas exposiciones por parte del profesor, así como el basado en proyectos.
  • Crear oportunidades de toma de decisiones para que el alumno desarrolle una mayor sensación de control.

REFERENCIAS

Fe
Ferlazzo, L. (2013). Helping students motivate themselves. Practical Answers to classrrom challanges. (Routledge, Ed.) New York: Taylor & Francis.

Legazpe, F. G. (2008). Motivar para el aprendizaje desde la actividad orientadora. Ministerio de Educación y Ciencia.

Alonso Sampedro, A. J. (2014). De la Motivación a la Auto-Motivación: El Éxito del Líder-Coach. Recuperado en 2014, de Portal del coaching: http://portaldelcoaching.com/columna/de-la-motivacion-a-la-auto-motivacion-el-exito-del-lider-coach/

Boluda, O. (20 de 11 de 2013). Profesor: ¿me motivas? Recuperado en mayo de 2014, de EFePeando: http://www.efepeando.com/2013/11/profesor-me-motivas.html

Calla Huayapa, C. (30/06/2014). 5 formas de ayudar a los estudiantes a automotivarse. Recuperado el 02/07/2014, de Maestro21: https://maestro21.org/5-formas-de-ayudar-a-los-estudiantes-a-automotivarse/

Lorenzana, L. (12/12/2012). La motivación intrínseca y la motivación extrínseca. Recuperado el 03/07/2014, de PsicoilogíaMotivacional: http://psicologiamotivacional.com/la-motivacion-intrinseca-y-la-motivacion-extrinseca/














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Enseñar a pensar, asignatura pendiente de los profesores



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"Dame un pez y cenaré esta noche, enséñame a pescar y cenaré toda la vida". Este proverbio oriental resalta la importancia de hacer por sí mismos las cosas, aprender mediante la experiencia, pues si siempre se facilita a conseguir el objetivo, los alumnos no aprenderán, pues no les estamos dejando hacerlo por sí solos. o serán independientes ni autosuficientes.

El otro día cayó en mis manos un cuento que me hizo reflexionar al respecto, una vez más. Lo expongo a continuación, para que después lo analicemos y sirva de reflexión:

Un niño (Por Helen Buckley)
Una vez un niño fue a la escuela. Él era bien pequeño. Y la escuela era bien grande. Pero cuando el niño vio que podía ir a su clase caminando directamente desde la puerta de afuera, él se sintió feliz, y la escuela no le parecía tan grande así. Una mañana, cuando hacía poco que él estaba en la escuela, la maestra dijo:
- Hoy vamos a hacer un dibujo.
- Bien –pensó él.
A él le gustaba dibujar. El podía hacer todas las cosas: leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y barcos..., y tomó su caja de lápices y comenzó a dibujar. Pero la maestra dijo:
-¡Esperen! ¡No es hora de comenzar!
Y él espero hasta que todos estuviesen listos.
- ¡Ahora! –dijo la maestra- Vamos a dibujar flores.
- ¡Bueno! –pensó el niño.
A él le gustaba dibujar flores con lápiz rosa, naranja, azul. Pero la maestra dijo:
- ¡Esperen! Yo les mostraré cómo se hacen. ¡Así! –dijo la maestra, y era una flor roja con tallo verde.
- ¡Ahora sí! – dijo la maestra -. Ahora pueden comenzar.
El niño miró la flor de la maestra y luego miró la suya. A él le gustaba más su flor que la de la maestra. Pero él no reveló eso. Simplemente guardó su papel e hizo una flor como la de la maestra. Era roja, con el tallo verde.
Otro día, cuando el niño abrió la puerta de afuera, la maestra dijo:
- Hoy vamos a trabajar con plastilina.
- ¡Bien! –pensó el niño.
Él podía hacer todo tipo de cosas con plastilina: víboras y muñecos de nieve, elefantes y conejos; autos y camiones... Y comenzó a apretar y amasar la bola de plastilina, pero la maestra dijo:
- ¡Esperen! No es hora de comenzar. Y él esperó hasta que todos estuviesen listos.
- ¡Ahora! –dijo la maestra- nosotros vamos a hacer una víbora.
- Bien - pensó el niño. A él le gustaba hacer víboras. Y comenzó a hacer unas de diferentes tamaños y formas. Pero la maestra dijo:
- ¡Esperen! Yo les mostraré cómo hacer una víbora larga.
- Así! –dijo la maestra.
- Ahora pueden comenzar
El niño miró la viborita de la maestra. Entonces, miró las suyas. A él le gustaban más las suyas que las de la maestra. Pero no reveló eso. Simplemente amasó la plastilina, en una gran bola e hizo una viborita como la de la maestra. Que era una viborita larga.
Así luego el niño aprendió a esperar y a observar; y a hacer cosas como la maestra, y luego él no hacía las cosas por sí mismo.
Entonces sucedió que el niño y su familia se mudaron para otra casa, en otra ciudad y el niño tuvo que ir a otra escuela.
Esa escuela era mucho mayor que la primera, entonces había puertas afuera. Para llegar a su salón, él tenía que subir algunos escalones y seguir por un corredor largo para finalmente llegar a su clase.
Y justamente en el primer día, que él estaba allí, la maestra dijo:
- Hoy vamos a hacer un dibujo.
- Bien –pensó el niño. Y esperó a la maestra para que le dijera cómo hacer. Pero ella no dijo nada, apenas andaba por el salón. Cuando se acercó al niño, ella dijo:
- ¿Tú no quieres dibujar?
- Sí –dijo el niño-. Pero ¿qué vamos a hacer?
- Yo no sé, hasta que tú lo hagas –dijo la maestra.
- ¿Cómo lo haré? –preguntó el niño.
- ¿Por qué?- dijo la maestra- De la manera que tú quieras.
- ¿Y de cualquier color? –preguntó él.
- De cualquier color –dijo la maestra-. Si todos hiciesen el mismo dibujo y usasen los mismos colores, ¿cómo yo podría saber quién hizo qué, ¿y cual sería de quién?.
- Yo no sé- dijo el niño. Y comenzó a hacer una flor roja, con el tallo verde.

Este cuento lo encontré en esta dirección web: http://www.utopiayeducacion.com/2006/07/cuentos-para-la-reflexin.html

Muchos profesores intentan enseñar los contenidos a sus alumnos mediante métodos totalmente dirigidos. Vemos que el planteamiento de la primera maestra del niño del cuento es puramente conductista: hacerlo como lo hago yo, pero no saliros de la forma que digo cómo se hace. Todos de la misma manera y sin diversidad. También vemos que corta radicalmente la creatividad del alumno. Con esta estrategia de enseñanza, el decir cómo se hacen las cosas y que no existen otras maneras, se está inhibiendo el pensamiento crítico y creativo del alumno, totalmente contrario a enseñar a pensar.
La segunda maestra, sin embargo, es mucho más flexible, tanto, que da a elegir el dibujo que quiera a los alumnos, partidaria de la diversidad, y dejando libre el pensamiento y creatividad de cada uno para la resolución del problema.
En el cuento, el problema plantado es simple y sencillo: hacer un dibujo. Si seguimos la estrategia de enseñanza
de la primera maestra, el niño solo aprenderá a hacer una flor cuando se le pida a hacer un dibujo. Si seguimos la metodología de la segunda maestra, la resolución del problema puede ser distinto y variable entre los alumnos; cada uno aportará su solución, conforme a sus pensamientos, conocimientos adquiridos y gustos. Si después se hiciera una puesta en común, cada alumno podría adquirir de los demás otras formas, otros planteamientos, e incluso se potenciaría un pensamiento crítico. Si extrapolamos a casos más complejos que el cuento, ¿qué método pensáis que obtendrá una mayor productividad y efectividad en el aprendizaje del alumno?
La docencia peca a menudo de realizar una enseñanza prescindiendo de un aprendizaje más autónomo de los alumnos, demasiado dirigido, estableciendo las pautas y direccionado solo a que se saquen buenas notas en los exámenes, fruto a menudo de una desmotivación por parte de éstos.
Muchos centros intentan enmascarar estas pautas mediante lo que llaman evaluación continua, pero yo me sigo encontrando los famosos controles quincenales de cada unidad didáctica y una vez más evaluando mediante el control numérico, sacando una media global del trimestre, pero, eso sí, ¡¡sin examen final!! Qué maravilla.... ¿esto es evaluación continua? ¿de verdad con estos métodos y estrategias se consigue enseñar a pensar? Enseñar a pensar es mucho más que pensar la solución de una pregunta de examen o ser capaz de repetir como un loro un fragmento memorizado de algo (dichoso aquél dotado de buena memoria, desgraciado el que la tenga demasiado volátil....). No se malentienda y se llegue a la conclusión que defiendo rotundamente la eliminación total de los exámenes. Soy consciente de que es una manera más de control, pero eso sí, no la única, por lo que se debería estimular el pensamiento del alumno no solo a preparar exámenes y a estudiar para aprobar. Divorciemos el matrimonio examen-aprendizaje. Dotemos de más protagonismo al alumno, a que su aprendizaje sea mucho más significativo y pueda desarrollar unas mejores capacidades para solucionar los problemas reales que le esperan a lo largo de su vida. Dediquémonos más a enseñarle a pensar.

CONCLUSIONES:


El alumno es el principal protagonista y agente activo del aprendizaje. El profesor es el agente que debe motivar el aprendizaje del alumno y procurar que sea lo más significativo posible. Éste, además de contenidos, enseña procedimientos de forma consciente e inconsciente. Su principal papel debería ser, teniendo en cuenta cómo aprenden sus alumnos, que aprendan de la forma más significativa esos contenidos (declarativos, procedimentales y actitudinales). Y su principal objetivo, enseñar a los alumnos a pensar, a dudar, a desarrollar un pensamiento crítico y a resolver problemas.

Las estrategias de enseñanza deben convertir al alumno en un aprendiz autónomo, intencionado, autorregulado y motivado.
Habría que enseñar al alumno un número suficiente de métodos y técnicas, pero que favorezcan su reflexión sobre los conocimientos y procedimientos de su aprendizaje.
Habría que permitir que en el aula se produjera un análisis y discusión, estimulando la identificación de los distintos procedimientos empleados por los compañeros en clase y ver ventajas e inconvenientes.
Se debería potenciar en el alumno el interés y la necesidad de autoevaluar sus actuaciones de aprendizaje, asegurando que éste planifique sus actuaciones antes de llevarlas a cabo.
Se debería potenciar más la colaboración y menos la competitividad, pese a estar inmersos en una sociedad competitiva, pero si no cambia la base (que es la educación), nunca dejará de serla... ¿o no?


Leer más cuentos reflexivos:
Utopía y Educación: Cuentos para la reflexión 

REFERENCIAS

Aprender a Enseñar para Enseñar a Pensar: además de ser un artículo interesante sobre el tema, su web desarrolla diversos talleres para potenciar la creatividad, innovación, trabajo en equipo, capacidad crítica, toma de decisiones y la solución de problemas con el objetivo de crear nuevas estrategias de aprendizaje.

Tesouro Cid, Montse (2006). Enseñar a aprender a pensar en los centros educativos, incluso en las actividades de evaluación. REIFOP, 9 (1). (Enlace web: http://www.aufop.com/aufop/home/ - Consultada 15-enero-2014).

López Reyes, F. (2009). Técnicas para enseñar a pensary métodos de aprender a aprender. Innovación y Experiencias Educativas (15). (Enlace web: http://www.csi-csif.es/andalucia - Consultada 15-enero-2014).

Estévez Nénniger, E. H. (s.f.). Enseñar a pensar: ¿nuevo enfoque de la educación?Recuperado el 15 de enero de 2014, de Tafor: http://www.tafor.net

Gobierno de Aragón. (s.f.). Enseñar a pensar. Documentos de reflexión para el profesorado. Tutoría y Educación en Valores en Primaria. Recuperado el enero de 29 de 2014, de Portal de orientación Educativa de Aragón: http://orientacion.educa.aragon.es/ini.php?iditem=1

Nickerson, R. S. (s.f.). ¿POR QUÉ ENSEÑAR A PENSAR? BBN LABORATORIES INC..Recuperado el 15 de enero de 2014, de : cursos.aiu.edu

Orozco, A. (s.f.). Enseñara pensar. Matrimonio y familia. Recuperado el 30 de enero de 2014, de aciprensa: http://www.aciprensa.com/Familia/pensar.htm: curioso artículo que muestra una visión más enfocada en valores acerca de la necesidad de enseñar a pensar. 

RECURSOS

MAPA CONCEPTUAL:  http://cmapspublic.ihmc.us/rid=1K9CK65ZT-132C85D-G1/MAPA%20CONCEPTUAL.cmap


ENSEÑANDO A PENSAR: una presentación en Power Point que hace reflexionar sobre la importancia de enseñar a pensar. Cuenta una anécdota de un personaje conocido (no revelo ni doy más pistas para que la veáis).

11 CONSEJOS PARA ENSEÑAR A PENSAR A LOS NIÑOS: presentación que da una serie de consejos para fomentar el pensamiento en los niños.


ENSEÑAR A PENSAR: el artículo comenta el taller sobre destrezas de pensamiento impartido por Robert Swartz. director del "National Center for Teaching Thinking" de Boston (EE UU). Describe en rasgos generales los tipos importantes de pensamiento que deberíamos enseñar a nuestros alumnos a utilizar cuidadosamente.

LIBROS

ALONSO TAPIA, J. (1991): Motivación y aprendizaje en el aula. Cómo enseñar a pensar.
Santillana, Aula XXI. Madrid.

NICKERSON, R., y OTROS (1987): Enseñar a pensar. Aspectos de la aptitud intelectual.
Paidós/M.E.C. Barcelona-Madrid.
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Fuente imagen: http://grupoeducativa.blogspot.com

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